RITMO - VIDA - MÚSICA

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     RITMO - VIDA  - MÚSICA
EL RITMO existe en todas las manifestaciones de la naturaleza: en la vida vegetal y humana, en el movimiento de los astros, en el oleaje constante y variado del mar, en el viento cuando mueve los árboles, en el tic-tac del reloj, en las máquinas en movimiento. Se puede afirmar que el ritmo en sus manifestaciones adquiere formas siempre nuevas. Se encuentra en todo lo que rodea al hombre: tiene ritmo una ciudad, una casa, una escuela. Se manifiesta en el desarrollo de las artes, en la vida de los seres humanos; cada persona imprime un ritmo propio a su vida, a su lenguaje, a su trabajo. Desde el nacimiento se manifiesta el ritmo en la respiración, las pulsaciones cardiacas, el llanto del niño, todo el organismo tiene un ritmo fisiológico.
El RITMO MUSICAL por su parte se puede definir como el conjunto temporal de la música: los tiempos, los acentos, los compases, el conjunto de los valores dentro del compás, la agrupación de los compases en frases.
A través de los tiempos la música ha acompañado siempre al hombre en la alegría y la tristeza, en el triunfo y la derrota, en el templo y la vida profana, en la enfermedad y la curación, en el nacimiento y la muerte. Ningún otro arte está vinculado al hombre tan íntimamente en todas las situaciones de la vida como la música. Parece que el hombre y la música están entretejidos. La música se desarrolla en el tiempo, es dinámica, viva, con contrastes (fuerte-suave, lento- rápido, consonancia- disonancia). La música es movimiento vivo y al mismo tiempo está ordenada por leyes estrictas. La capacidad del hombre de escuchar y recibir la música lo puede mover, avivar, animar y ordenar exterior e interiormente. Todas estas características llevadas a la vida del niño nos permiten entender  la importancia que la música representa para su desarrollo, y la gran responsabilidad que tenemos los adultos en brindarles una adecuada estimulación musical, el cuidado en los ritmos y en las letras que escogemos o que simplemente escuchamos sin detenernos a analizar los efectos que puedan causar a nuestros pequeños.
La música es maravillosa, el alma se regocija, todos los sentidos se agudizan  utilicémosla para alcanzar un desarrollo armónico en nuestros niños y niñas.


                                                                        GLORIA INÉS PRIETO RIAÑO
                                                      PSICOPEDAGOGA
DOCENTE DE MÚSICA Y DANZA